Blog de crítica de la cultura y otras balas de fogueo al gusto de Óscar S.

Encuadre: página de "Batman: Year One", Frank Miller y David Mazzucchelli, 1986-7, números 404 a 407 de la serie.

miércoles, 30 de junio de 2010

Alien vs Predator 2

Vaya pestilente mondongo de pura mierda la película. Con ella han agotado definitivamente la inversión de genio de la primera. Mirad si ha durado, nada menos que cuatro cintas más descontando la presente. Porque todavía la anterior introducía algun concepto nuevo: la caza del bicho por parte de la casta guerrera de los predators, y sobre todo la inferioridad definitiva del hombre. Todo ello otra vez en un escenario aislado y claustrofóbico, una instalación en el ártico, creo. Sin embargo, ahora han decidido llevar la "acción" -que es todo lo que hay- a la población civil de un villorrio de paletos, y el "factor humano" ha recobrado protagonismo. Ya ocurrió en la segunda parte del plagio paralelo del predator, pero esas ni las cuento por irrelevantes. Aunque han impuesto el tiempo, el presente, y un nuevo extraterreste humanoide con rastas. El alien debería ser el único héroe interesante, pero ese sí que es un "género bastante degradado" desde la peli fundacional. Aquí los matan como mosquitos, ya no representa la muerte, lo extraño, el miedo que proviene del fondo del espacio. Y los geyperman humanos que los liquidan son personajes de cartón piedra que dan verdadera verguenza ajena. Incluso el pred-alien, el híbrido bastardo con que terminaba la anterior está horriblemente desperdiciado. No es más que un feo mostruito que pierde la elegante silueta del letal alien original para llevarse cinco hostias fáciles. ¿Y no se suponía que la llegada de un solo alien a la tierra era la amenaza de aniquilación total que Ripley quería evitar con un horror entonces bastante convincente? Bah, no le doy más vueltas. Así se acaba con una saga mítica. Sería el impacto de la huelga de los guionistas. El productor ha puesto a escribir a su hijo de trece años para seguir ordeñando un icono gastado. Alguno al menos se llevará un par de sustos, pero de los de antes, es decir, cuya puesta en escena ya estaba inventada en la primera. Se acabó, pues, lo que se daba y también lo que se tomaba. Que nos quiten lo escalofriao.

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